Se sentó,
sin prisa,
a contemplar a la distancia.
Él pasaría
de la fascinación causada
por su cara iluminada,
a ser olvidado
a la llegada de las sombras
y sus noches oscuras.
Entre la densa neblina,
logró vislumbrar
la manipulación
y el hechizo,
al cual fue sometido,
y rendido había caído.
Al hombre que en el jaguar habita,
con sus artimañas
conquistó.
Sus debilidades conocía,
y así, uno más en la lista,
Él se convirtió.
Ella sabía con certeza,
que tarde o temprano,
él sería olvidado.
En su corazón
algo le decía,
que en otro tiempo,
o en otra vida,
juntos, nuevamente
a su Luna contemplarían.
Ilustración:Valeriane Leblond
Poesía: Jessica Soler • 17 Octubre, 2019
Poesía: Jessica Soler • 17 Octubre, 2019