Por tanto tiempo, se buscaron en los ojos de otros rostros, en el brillo de otras sonrisas, en el calor de otros abrazos, mas no se hallaban.
Bastó un cruce de miradas, dos enormes sonrisas, una esquina y la historia inició.
La afinidad fue tanta, que su energía se sumó y ellos lo sintieron en su corazón.
Se hablaban a través de las nubes, el atardecer, el viento y la Luna. Sus diálogos, no necesitaron de palabras.
Ella recuperó su sonrisa rota y el amor que se le había perdido.
Eran dos perfectos desconocidos, hasta que un día se cruzaron en el camino.
"Yo a ti te conozco de antes
he visto esos ojos andantes
Te conozco de antes
tal vez de un tiempo en que
mi memoria no alcanza
tal vez de un tiempo en que
no habitaba esta masa
tal vez de un tiempo en que
el lenguaje no hablaba tal vez mi tiempo fue...
Te conozco de antes
he visto esos ojos andantes
Te conozco de antes
y no es de cruzarnos en la calle, no
Te conozco de antes
y esto me provoca pensarte
te conozco..."
1 comentario:
¡Pero qué bonito escribe!.
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